Sin duda fue un importante baluarte árabe defensor de la frontera natural de los Montes de Toledo.
En el año 1210 fue cedido al caballero repoblador Alfonso Téllez, que pobló el territorio a su costa y con su riesgo personal, ya que se encontraba en la misma frontera musulmana. En el año 1222 se lo vendió al Arzobispo de Toledo Rodrigo Ximénez de Rada. Más tarde fue adquirido por el rey Fernando III el Santo, quien a su vez lo vendió a la ciudad de Toledo en el año 1246, junto con Malamoneda y sus Montes. Juntos a sus muros existió la aldea de Dos Hermanas. Pasado el peligro musulmán, los vecinos de esta aldea que protegía el castillo de Dos Hermanas, emigraron a la población cercana de Navahermosa, que ofrecía mejores posibilidades de cultivo, quedando el castillo abandonado, arruinándose paulatinamente El Castillo se encuentra actualmente semiderruido Sin embargo la vista desde el peñasco es fantástica, por un lado los Montes de Toledo y por otro lado la llanura con un mar de olivos.
3. En este punto nos adentramos en el camino de la izquierda, en la senda que nos guiará hasta La Fuente de Las Nacientes. Después de atravesar “La Huerta de Carlista”, iremos sumergiéndonos en un paisaje típico del bosque mediterráneo, visualizando las jaras pringosas, el cantueso, los brezos y los chaparros, entre otros.
Por el fondo de la depresión discurre el arroyo de Gimena donde hay numerosas huertas. Desde este punto podemos disfrutar de una bonita panorámica antes de comenzar el camino. Si alzamos la vista podemos distinguir en las altas sierras el Telegrajo a la derecha, la Pedriza de Las Nacientes y la Pedriza del Monje y Risco Redondo a la izquierda.
Paralelo a nosotros, nos acompaña en todo momento el arroyo Marlín, en el que la numerosa vegetación nos brinda su sombra y la cantidad de helechos que adornan su orilla nos ofrece una maravillosa vista. En nuestro camino de vuelta podemos seguir disfrutando de los paisajes que nos brinda de nuevo la frondosa vegetación y distinguir en la relativa lejanía la Cuerda de La Galinda.
A lo largo del camino encontraremos pequeñas risqueras o pedrizas que parecen se cobijan al refugio de los montes.
4. Llegando casi a La Fuente de Las Nacientes asoma una gran risquera a la derecha llamada “El Risco del Águila” A sus pies se puede visualizar la tubería que lleva el agua de La Fuente, esta recorre varios kilómetros mimetizada con la naturaleza gracias a su forraje de piedra.
5. A tan solo unos metros y llegando al deseado final podemos contemplar La Fuente de Las Nacientes, manantial de exquisita agua que abastece al Pueblo de Navahermosa.